China conciliadora
Con el tercer mandato (inédito) de Xi Jinping, conocemos una China conciliadora, que forma parte de las grandes negociaciones entre países.
Este cambio demuestra que China está preparada para actuar frente al mundo y no solo a nivel económico sino también, a nivel político. Hasta ahora, nunca había intervenido (al menos de manera pública) en conflictos entre otros países.
Han pasado 3 años desde su aislamiento por Covid, en este periodo Estados Unidos y Occidente han visto cómo su dependencia de China era mucho más profunda de lo que parecía. Siendo China consciente de este cambio, parece que han decidido se parte de la política internacional.
Participación de China en conflictos
Este mes ha habido dos hitos que marcan el cambio de tendencia:
Pekín ha logrado este mes lo que llevaba décadas Estados Unidos intentando, negociar una distensión entre Arabia Saudí e Irán.
Participar activamente en los esfuerzos para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, habiéndose reunido con Vladimir Putin y planeando una conversación con Vladímir Zelenski.
A pesar que Rusia sigue atacando Ucrania después de esta reunión, China ha insistido en que no suministra armamento a Putin y que es una campaña de descrédito de Occidente.
Volviendo al principio, esta forma activa de participar en conflictos que nada tiene que ver con su país marca un nuevo periodo en la historia, envía el mensaje de que China no tiene por qué formar parte de la política Occidental y que hay otras formas de convivencia.
A nivel económico, China comenzó con su proyecto de infraestructuras Nueva Ruta de la Seda, donde se incluyen países de Sudamérica, África o Asia, invirtiendo activamente para mejorar la situación de estos países, a cambio de recursos estratégicos y deudas muy difíciles de saldar.
Nuevas iniciativas
En su último discurso, Xi pone en relieve tres nuevas iniciativas Iniciativa de Desarrollo Global, Iniciativa de Seguridad Global e Iniciativa de Civilización Global.
Tenemos que ver cómo se desarrollaran, pero parece que son un nuevo mapa para los países que no participan de la política estadounidense, creándose así dos bloques mundiales.
«En el avance de la modernización, China no seguirá el viejo camino de la colonización y el saqueo, ni el retorcido camino emprendido por algunos países para buscar la hegemonía una vez que se hacen fuertes», afirmó Xi Jinping.
El presidente chino quiere que las naciones de todo el mundo, consideren China como una voz de la razón, un modelo económico y una potencia benigna que puede hacer frente a un orden occidental.
Xi Jinping es mucho más tolerante con el riesgo de lo que nadie había previsto.
Frentes abiertos
Cierto es que a pesar de este cambio de rumbo, China tiene tres evidentes problemas que chocan con la forma en la que quiere mostrarse al mundo:
Hong Kong
Xinjiang
Taiwán
Si consigue sin violencia solucionar estos conflictos, podría ser imparable. De hecho es lo que suele atacar Occidente para hacer valer sus “políticas de libertad” frente al régimen de Pekín.
En la reunión a puertas abiertas entre Putin y Xi Jinping, el mandatario chino dijo que “se están produciendo cambios en el mundo que no se habían visto en más de un siglo”, y desde Atlas Overseas, creemos que tiene razón, el orden mundial está cambiando.
Según la Dra. Mastro, de la Universidad de Stanford, la idea de Xi Jinping no es conseguir que se firmen los acuerdos y lograr una paz mundial, simplemente ser una potencia que intermedia en conflictos internacionales sin necesidad de utilizar su poder militar, como hace Estados Unidos.