Comprar en China: la bolsa china
Comprar en China: Por qué no hay que perder la calma
Parece ser que según qué medios se están encargando de que cunda el pánico con las noticias de la caída de la bolsa china. Es cierto que el impacto económico en cualquier otra situación sería más que considerable, pero se aconseja que se mantenga la calma.
Razón principal para ello: no ocurre nada.
Permitidnos que lo expliquemos: los lunes negros, tal y como se conoce a los lunes en los que los valores bursátiles sufren graves caídas, son un elemento bastante común dentro del mercado bursátil. Por lo general suelen ir casi inmediatamente acompañados de titulares en las semanas siguientes que ensalzan la gran recuperación económica de uno u otro. Realmente, nada nuevo bajo el Sol.
Vosotros diréis (y no sin razón): ¡Pero China es la segunda economía más poderosa del mundo! ¿Es que este batacazo del que tanto se habla no significa nada?
Pues sí, sí que significa algo: la devaluación del precio del yuan, así como la de una enorme cantidad de productos, ha hecho que comprar en China sea ahora más barato que nunca en los últimos siete u ocho años. Esto incluye desde materias primas (ya que incluso el precio del petróleo ha bajado) hasta artículos de lujo y similares.
En lo que respecta a la posible repercusión económica… sí y no. Tenemos que empezar por tener en cuenta el porcentaje del mercado bursátil en China con respecto a su PIB. En países como Estados Unidos (o, de hecho, en la mayoría de países desarrollados), el valor de la bolsa es de más del 100% del PIB.
En China, con sólo un 6% de la población invirtiendo en Bolsa, el valor de la misma no llega a un tercio del PIB. Eso sin contar que es China la que muchas veces invierte en nuestros mercados, en gran medida consecuencia de la tendencia mundial a comprar en China.
Traducción: difícilmente se podría decir que la bolsa china sea, a diferencia de muchos otros países, un indicador fiable del estado de la economía del Gigante Asiático. La correa de transmisión, por así decirlo, entre ambos elementos, está bastante floja.
Siguiente punto: la caída de los precios sin duda provocará un aumento de la intención de comprar en China. ¿Por qué? Porque se obtienen tanto materias primas como productos finalizados con la misma calidad (no olvidemos que iPhones, móviles, consolas y ordenadores se producen allí) por mucho menos dinero. De cumplirse esta predicción (o más bien profecía autocumplida), la inyección económica dada por dicho aumento de las exportaciones impactaría positivamente sobre la economía china, reforzando así las cuentas del Gigante Asiático.
No obstante, en otros países desarrollados donde la bolsa representa un mayor porcentaje de su PIB, una caída grave tendría el efecto contrario: ralentizaría el crecimiento económico y haría que el consumo disminuyese.
Además, tenemos que tener en cuenta el estrecho vínculo que une al gobierno chino con su economía bursátil: a diferencia de las políticas laissez-faire (es decir, pasivas) que tienen la mayoría de los países con respecto a su bolsa, los chinos tienen una gran tendencia a intervenir si la cosa se pone fea.
De hecho, el gobierno chino ha afirmado en varias ocasiones que su línea roja es el empleo: si algo así llegase a afectar a los empleos, intervendrían inmediatamente con una buena inyección que recuperase la economía bursátil.
Probablemente todo esto os choque de frente con lo que vais leyendo por las noticias: la economía china se hunde, es el desastre, vamos a sufrirlo todos. Y que no os extrañe: la sinofobia es algo que ha existido desde siempre en los medios de comunicación que pertenden causar incentidumbre y crear espectáculo. No es la primera vez que tenemos que enfrentarnos a ella gracias a los medios que pretenden herir la imagen de China para vender una Europa más sólida, como bien sabéis.
Para que nos entendáis mejor, os lo explicamos con una página de Simiocracia, del grandísimo Aleix Saló:(Si os gusta, podéis comprar el libro entero aquí mismo, es una pequeña maravilla).
Luego… ¿deberíamos hacer caso de lo que los medios de comunicación dicen al respecto?
Respuesta: probablemente no.
Siguiendo con el mismo tema, las primeras medidas no se han hecho esperar: el banco central chino ha empezado por bajar los tipos de interés, un 0.5% el coeficiente de reserva de capital exigido a los bancos chinos y un 0.25% el tipo de interés de referencia para los préstamos, como primer intento de reavivar el mercado. Esto viene acompañado de otro 0.5% el encaje bancario que se exige a la mayoría de los bancos chinos (la quinta reducción desde Noviembre del año pasado).
Este nuevo ajuste no es sino una confirmación del objetivo fijado por el primer ministro Li Keqiang, que no es otro que tener una cifra de crecimiento del 7% en 2015. A eso se le añade nada más y nada menos que una declaración del propio Li en la que asegura que no sólo no han cambiado los fundamentos de la economía china, sino que las metas económicas propuestas por su gabinete siguen siendo alcanzables, lo que indica claramente a más reformas económicas para paliar las pérdidas sufridas.
Siguiendo con las posibles consecuencias de una caída masiva de la bolsa china, éstas se dejarían notar más en América Latina y en los países en vías de desarrollo impulsados por China que en los países europeos, donde ya bastante tenemos con nuestros propios problemas.
En resumen y para que quede claro: el impacto de la caída de la bolsa china sólo es negativo para quien tenga acciones en dicho mercado bursátil. Los que nos dedicamos a comprar en China ahora tenemos una oportunidad perfecta, ya que los precios han caído lo suficiente como para que podamos importar más por la misma cantidad.