Comprar en China no es para inexpertos
Desde este blog, hemos comentado muchas veces lo sencillo que resulta entrar en www.aliexpress.com o www.alibaba.com, www.dhgate.com, contactar con un “posible fabricante” y comprar lo que te oferta, al cabo de unas semanas nos llega a casa el producto y se termina la transacción. ¿Imagino que la mayoría de los lectores se ha sentido satisfecho durante el proceso de compra y con la calidad del producto, y si no es así ha podido devolver el producto de forma sencilla, ¿o me equivoco?
Este tipo de compra en China es algo ya habitual y está muy facilitado por grandes plataformas on line. Evidentemente se usa para artículos de uso personal, electrónico, textil, de papelería o similar sin mucho coste. Sin embargo, estamos asistiendo a un auténtico tsunami de malas noticias sobre las compras que los diferentes gobiernos de todo el mundo están realizando en China en las últimas semanas. Como ya comentamos en entradas anteriores, la falta de comprensión de este sistema de compras y la nula flexibilidad de los procedimientos administrativos conlleva sorpresas desagradables en momentos críticos: el mercado está por lo tanto lleno de instituciones y empresas inexpertas, que aplican a un proveedor extranjero las mismas condiciones de pago o plazos de oferta que a uno nacional en un momento de no urgencia. Al final se encuentran con múltiples problemas o con intermediarios que incrementan el precio o no entregan lo acordado. Podemos confirmar que desde Atlas Overseas al igual que otros importadores serios, estamos importando metros cúbicos de material sanitario y otros productos igual que llevamos haciendo desde hace más de 10 años, con todas las garantías y certificados necesarios.
La noticia aparecida en el Confidencial de 1 de Mayo, China no es para pardillos, resume muy bien la situación, os envío lo que nos ha parecido más importante
Primer dato relevante: más de 38.000 nuevas compañías se han registrado en este primer tercio de 2020 en China para fabricar o comercializar mascarillas, frente a las 8.594 del año anterior, según datos recabados por el periódico SCMP. En apenas dos meses, China ha exportado material médico por valor de más de 7.000 millones de euros, según declaraciones de Jin Hai, director las aduanas chinas en declaraciones recogidas por el China Daily.
En nuestro país, la declaración una semana antes del estado de alarma, cortó el suministro de importadores y agentes privados de material sanitario, que se reservó a hospitales, enfermeras, médicos y personal de servicio, pero no había suficiente. Hemos podido ver en periódicos y televisión fotos del personal sanitario luchando contra el coronavirus enrollado en bolsas de basura, y el pasado 22 de marzo, un importador envió un tuit a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso:
“Tengo un proveedor de Corea del Sur que puede conseguir test del covid-19 para hospitales, autotests y mascarillas ¿Quieres su contacto?”. Tres minutos después, Ayuso contestó: “Sí. Por [mensaje] privado. Gracias” y se desató la locura.
Este momento de incertidumbre y desconocimiento de las compras en China retrata ese momento de máxima desesperación por lograr abastecimiento, pero esto no es una crítica al Gobierno ni mucho menos ya que en todos los países ha sucedido lo mismo.
China como principal exportador mundial de mascarillas quirúrgicas, batas, guantes, desinfectantes y ventiladores se puso manos a la obra pero cualquiera de los que llevamos años en este sector, sabemos que es un mercado extremadamente arriesgado, repleto de arbitrarias trabas burocráticas y sobre todo lleno de timadores.
Rafael Jiménez, manager Asia Pacífico de Eurofins, comenta que “En China siempre es necesario tener unos ‘ojos’ sobre el terreno que controlen todo el proceso, desde comprobar el producto a asegurar la logística. Muchos agentes privados y gobiernos europeos, con las prisas, no han dedicado los recursos y el tiempo necesario para importar de forma segura este tipo de materiales dando lugar a fracasos estrepitosos”, casi todos los países han sufrido estafas en las compras de mascarillas, tests, epi´s y otros materiales durante varias semanas y esto ha tenido dos consecuencias:
Por un lado, la intervención de Pekín en el suministro de este material y por otro, ha puesto en evidencia la dependencia crítica que tenemos de la industria china y lo poco que la conocemos.
El asesor del Gobierno Irlandés, Paul O´brien, ha contado su experiencia de compra en China de la siguiente forma: “’Wild Wild West’ es una muy buena descripción. He visto a gente con bolsas llenas de dinero esperando fuera de los almacenes para ofrecer más, como si fuera una subasta. Tras recorrer este Salvaje Oeste para proveer al Gobierno irlandés de 1,5 millones de mascarillas, equipos protectores y miles de tests, la conclusión es que la llegada de agentes cargados con dinero de gobiernos, empresas y hospitales de todo el mundo atrajo a intermediarios poco fiables y oportunistas con poca experiencia en el terreno. Precios que se disparan en horas, pedidos que no se corresponden con las órdenes de compra, cancelación de suministros por contraofertas de último minuto, tentadores suministros de intermediarios desconocidos, fabricantes que imponen condiciones abusivas… Y continúa: “He pasado personalmente varios días tratando de llegar a un acuerdo para comprar medio millón de batas solo para que, una hora antes de transferir nuestro dinero, lo comprara el ministro de Sanidad alemán. Todo se mueve en cuestión de horas y minutos en China”.
De esta forma, a las dificultades que siempre ha tenido Comprar en China, se añade esta demanda desatada que ha convertido esto en la jungla de hacer dinero, porque sin duda es el momento de hacer dinero”.
De la misma forma, las fábricas en China se transforman desde textil o inyección de plástico a fabricación de mascarillas y respiradores respectivamente y en menos de dos semanas, se reportan beneficios. Otra muestra de la flexibilidad del tejido industrial chino con la que es difícil competir.
«Desde que estalló la crisis, todo tipo de fabricantes chinos y agentes locales que antes se dedicaban al cableado eléctrico, juguetes o calzado ahora de repente quieren conseguir la autorización para proveer equipo de protección individual», cuenta Jiménez. “El 90% de las solicitudes que hemos tenido en marzo y abril es para hacer pruebas, inspecciones, certificaciones o revisión documental de material sanitario relacionado con el covid-19: mascarillas, guantes, batas, respiradores, instrumentos de desinfección.
En China para hacer negocios es imprescindible tener una red de contactos, conocido como Guanxi, la gente que llega nueva no sabe cómo va la cosa y se dejan engañar y esto, es lo que estamos viendo con compras de los Gobiernos y Comunidades Autónomas.
“El mayor enemigo para comprar en China es un grupo de actores abrumados por la urgencia de la pandemia con ‘cash’ en mano formado por gobiernos, gobiernos locales de países federales, organismos internacionales, multinacionales para sus empleados o chinos revendedores. En ese escenario, ¿con quién crees que va a querer hablar el de la fábrica? ¿Con el profesional avezado que sabe cómo funciona el negocio en China o con el gobierno de un país occidental que tiene mucha prisa?”.