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Economía china: el Gigante se lanza a Latinoamérica

Desde que Estados Unidos dio su voto a Donald Trump este lo ha utilizado para, entre otras cosas, llevar a cabo una política proteccionista con respecto a la economía china. Comprar en China y su expansión es un cielo abierto para el Gigante Asiático que, con su política de la Franja y Ruta, está firmando acuerdos de cooperación en todos los rincones del mundo. Recordemos que el Foro de la Franja y la Ruta de la Cooperación Internacional reunió en mayo a más de 130 países en la capital china, con la asistencia de 29 jefes de Estado y Gobierno.

Si fabricar en China es una realidad desde el siglo pasado, a día de hoy estamos más cerca de que las únicas fábricas que haya estén en China o bien, pertenezcan a este país.

La base de los acuerdos que Xi Jinping ha firmado en países como Venezuela se basan principalmente en que reduzcan y aligeren su dependencia con Estados Unidos y Europa, puesto que la economía china ofrece una relación más horizontal que tiene como puntos principales:

  1. Construir hacia el futuro, pero escuchando la voz de los que están invitados.
  2. En coordinación con todos los países invitados.
  3. Con beneficios para todos.

 

Venezuela, el primer aliado latino de la economía china

El vice ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela para Asia calificó este convenio como «la propuesta más ambiciosa en la historia de la civilización». Según Félix Plasencia, el espíritu integrador de la Franja y la Ruta tiene como fin construir una red de infraestructuras y comercio mundial. Algo que ya es una realidad en el caso de China y Venezuela, donde compañías del país asiático «están construyendo trenes, autopistas, viviendas, alta tecnología o proyectos energéticos».

Asimismo, Venezuela se acaba de incorporar al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII) para, a través de esta entidad, «tener acceso a propuestas como la Franja y la Ruta que van a beneficiarnos a todos». El BAII, que comenzó a operar a finales de 2014, ahora ya cuenta con 77 miembros procedentes de todos los continentes.

Básicamente, China financia proyectos en otros países donde en muchos casos, se utiliza tanto mano de obra como material fabricado en China además de firmar una deuda con el Gigante Asiático que acompaña a este país durante décadas. Esto obliga asimismo al país en cuestión a que importar de China sea necesario, una reducción o mejora en cuanto a los aranceles de los productos asiáticos, etc.

Según Plasencia, y las palabras que recoge textualmente a la Agencia Xinhua, el interés creciente de la región en un banco que está tan lejos geográficamente muestra que «la distancia ya es hoy algo que debemos entender como obstáculo del pasado. Si tenemos que trasladar los centros financieros, ¿por qué no a Beijing?».

Por Atlas Overseas el 23/23/2017