El mercado mira a China: una reflexión
Saludos, amigos lectores y aficionados al Gigante Asiático.
Me llamo Javier Pan y soy un joven escritor y aprendiz de sinólogo sevillano. Podéis encontrarme aquí.
Jorge Monera me ofreció, muy generosamente, que colaborase con un artículo en esta web, así que querría aprovechar la ocasión para dejar una pequeña reflexión acerca de comprar en China y del mercado chino.
Pienso que el auge de nuestra actual forma de vida se debe, nos guste o no, a China. Ya es un hecho más que demostrado que gran parte, por no decir toda nuestra tecnología proviene de alguna fábrica China. Probablemente parte de la ropa que hay en nuestro armario también. Parte de la comida que compramos en nuestro supermercado más cercano también. Muchos de los libros que tenemos se imprimen en China. Los adornos de nuestra casa también.
Así que quiero que nos paremos un momento a imaginar algo salvaje: ¿qué pasaría si ese mercado no existiese? Nuestros teléfonos móviles, ordenadores, videoconsolas, televisores, etcétera, desaparecerían al momento o serían mucho más caros, por lo que seguramente no nos los hubiésemos podido permitir. Lo mismo para con la ropa. Piezas de coches. Juguetes. Tiendas. Economía, a secas.
De modo que, ¿seríamos capaces de imaginarnos el mundo sin la primera potencia económica? Sí, y la mejor palabra que se me ocurre para definirlo es “desolación”. “Retroceso”, si preferís verlo así.
Es muy cierto que, como Jorge dice en su libro “Comprar en China, 9 claves para el éxito”, China no inventa, copia. Pero es gracias a que existen esas copias que el mercado ha encontrado a un competidor universal en todo lo que haga, lo que ha acelerado el proceso de innovación (lo que ha llevado a que los chinos copien las últimas innovaciones y se desarrolle más para sacar ventaja, convirtiéndose en un círculo de innovación – copia del que nos beneficiamos los consumidores) y por tanto revitalizado el mercado.
Sí, mantengo que el mercado del mundo moderno existe porque China de encarga de que así sea. Mediante la competitividad, los precios bajos y la producción masiva, China se ha convertido en la primera potencia mundial, puesto que Estados Unidos lleva ostentando desde el año 1872, cuando destronó a Inglaterra.
Somos testigos de un hito histórico, y la demostración de que comprar en China es el presente y el futuro del comercio, sobre todo teniendo en cuenta que este establecimiento como primera potencia económica ha sucedido cinco años antes de lo que el mundo lo esperaba.
Cierto es que el impacto cultural chino en nuestro país no es tan pronunciado como el de Estados Unidos, pero la cultura es una cosa y los negocios otra. Las culturas simplemente no funcionan bien fuera de sus países de origen, que han evolucionado con ellas. Los negocios, sin embargo, son entes en constante cambio que se mueven con el mercado internacional y le dan forma todos a la vez. Luego, la pregunta es obvia: “¿Es hora de que miremos a China como un socio comercial, de incluirlo en nuestros planes de futuro?”.
Y la respuesta también es obvia: sí. Es hora de contratar a expertos en China, a hablantes de chino, a personas que tiendan puentes hacia ese gran desconocido para muchos, pero a la vez imprescindible en nuestras vidas.
Atlas Overseas, los expertos nacionales en comprar en China, son sólo una de las formas (de las mejores, eso sí) de hacerlo. Tenemos que mirar a China. Tenemos que entender que para que el progreso exista, no basta con seguir siendo meros espectadores pasivos del mercado: hay que unirse a él. Es hora de dejar de aferrarse a antiguas tradiciones y prejuicios contra China y de hacer del competidor un socio.
Si no, corremos el peligro de que nos pase lo mismo que a los que intentaron competir contra China a lo largo de su historia. Preguntad a Japón qué pasó cuando intentaron invadir a sus vecinos durante la II Guerra Mundial.
China, amigos, está en nuestra vida diaria. Y ya va siendo hora de que lo aceptemos y actuemos en consecuencia.
Un saludo a todos.