Error típico al comprar en China
Hemos comentado en varias ocasiones cómo cada vez es más sencillo comprar en China, a medida que pasa el tiempo el gigante asiático abre sus fronteras de forma bilateral lo que mejora el comercio y las relaciones comerciales entre países.
Sin embargo, la cultura en China, la forma de trabajar, el idioma, o las formas de pago estandarizadas son tan diferentes que muchas veces se hace muy complicado el facilitar esas relaciones.
China es un país que está a más de 10.000 kilómetros de España, y muchas veces las empresas se aventuran a comprar por internet contenedores de materia prima o, producto terminado sin saber a quién están comprando así, por lo que nos encontramos con clientes que utilizan traductores gratuitos como el de Google por ejemplo, para contactar con empresas a través de plataformas e-commerce tipo Alibaba, pero ni saben inglés, ni saben quién es su interlocutor, etc.
Efectivamente, la apertura de fronteras ha propiciado un crecimiento en el comercio internacional, pero igualmente han aparecido a su vez distribuidores que se hacen pasar por fabricantes, estafadores que venden una calidad bajísima respecto a lo que hemos comprado y una larga lista de situaciones desastrosas que hacen que no queramos comprar en China.
¿Qué diferencia una compra segura en China de una estafa?
Por nuestra experiencia, la profesionalidad que apliquemos a la compra y la seguridad con la que trabajamos con nuestros proveedores es determinante.
Muchas veces nos hemos encontrado clientes que ven cómo su competencia compra en China productos de calidad y ellos son incapaces si quiera de acercarse a esas fábricas. Al final cada empresa o cada profesional sabe de su sector y comprar en China es un trabajo en sí mismo que requiere de muchas variables e implicación en lo que se hace.
El error más típico que hemos visto es una empresa que contacta a través de Alibaba.com con un supuesto fabricante, la relación parece fluida respecto a las especificaciones de los productos, precios, etc y solicitan muestras para comprobar la calidad. Se recibe la muestra en tiempo y cumple con todos los requisitos solicitados así que, el empresario español hace el pedido y paga una parte por adelantado, cuando va a salir el contenedor paga la segunda parte y la fábrica China envía con sus transitarios la mercancía para facilitar el proceso de compra.
Cuando el contenedor llega a España, es muy común tener que buscar un agente aduanero que tiene que comprar los documentos para poder despachar la mercancía (primer coste con el que no contamos), inspección de la mercancía por modificación de facturas sin que nosotros lo supiéramos (segundo coste), arancel, IVA de la importación en el mejor de los casos, pero puede ocurrir que se requieran certificados específicos, o cumplimiento de normativa respecto del producto (juguetes, vidrio, madera, calzado, textil y un largo etc) y finalmente, no recibimos la calidad esperada.
Todos pensamos que sabemos comprar, pero si de lo que estamos hablando es de nuestra empresa la recomendación es contratar a profesionales en China que minimicen y faciliten todo el proceso, como comentaba al principio, comprar en China supone un trabajo en sí mismo que tiene variables de comercio internacional, requisitos legales, negociación de transportes, certificaciones y formas de pago que nada tienen que ver con las compras intracomunitarias.
En Atlas Overseas llevamos más de 10 años ayudando a nuestros clientes a que sus importaciones sean un éxito o, resolviendo sus problemas por actuaciones negligentes por desconocimiento de la normativa.